miércoles, 29 de agosto de 2007

HÉROES

La muerte es la circunstancia humana más extendida. Casi siempre dolorosa, resulta especialmente cruel cuando se ceba en personas jóvenes, como ocurre por decenas en las carreteras o en las noches desesperadas. Pero a veces un fallecimiento sobrepasa lo que siempre debería ser: un hecho privado. Ha ocurrido con el sevillista Antonio Puerta, un chaval zurdo y canterano víctima de problemas en el corazón. Ahora recibe un baño de masas lleno de cariño y también algo de involuntario espectáculo. Normal, llevaba una camiseta. Porque, a pesar de que muchas veces ellos mismos lo olviden encogidos por la ola del negocio, los futbolistas son mitos del pueblo. Forman parte de esos héroes de la clase obrera a los que cantaba John Lennon. Que en medio del golpe guarden un momento para reflexionar sobre lo que eso significa, y también a lo que les obliga. Las calles de Sevilla se lo han puesto a huevo.

lunes, 27 de agosto de 2007

PRISAS, VERDADES Y ERRORES

Sabido es que la precipitación de juicio y la ansiedad son algunos de los males más extendidos en lo que se denomina grandilocuentemente "sociedad moderna". Sin embargo, la lucha contra ese error humano -como lo llamaría Chuck Palahniuk- tampoco puede cegar la realidad. Por ejemplo, ningún equipo está condenado al desastre por un arranque de Liga vergonzoso (como el del Dépor), pero cualquier análisis sobre ese fiasco tiene que remitirse a lo ocurrido y las causas que lo pueden haber provocado, siempre que no quiera convertirse en una simple (y tan extendida) confusión entre los hechos y los deseos personales.
La primera jornada no es una verdad absoluta. Tampoco un fantasma inexistente. Como conoce cualquiera que se haya visto en la tesitura de la opinión, el arranque de una temporada se calibra más en base al proyecto que echa a andar que al primer marcador que haya generado. Porque son vasos comunicantes. No sólo en fútbol.
Saliendo del deporte: los organismos gubernamentales saben (por lo menos ahora) que la mejor forma de evitar los incendios de verano es cuidar el monte en invierno. Volviendo al deporte: sin una preparación entregada y minuciosa (sea con el entrenador en la cárcel o bajo el anonimato de un país que rechaza su disciplina más épica) no se puede entender que Tyson Gay barriera a Powell en los 100 metros lisos de Osaka o que el boxeador alicantino Kiko Martínez conquistara el título europeo a domicilio, en casa del campeón, y por KO en apenas minuto y medio. Pocas hazañas nacen por generación espontánea o en base a engaños mediáticos.
Contra ellos, cada vez parece más claro que la opinión periodística o la narrativa de realidad sólo se pueden intentar conseguir manteniéndose lejos de dos grandes mentiras: 1) La amputación que llaman objetividad 2) La militancia borreguil. Dos lacras tan dañinas como las malditas prisas de la "sociedad moderna".

domingo, 26 de agosto de 2007

SIN DISFRAZ

La melena rizada es un clásico del carnaval. Una peluca de plástico con aspecto de fregona y casi siempre de color negro cubre durante unos días las cabezas de un montón de gente cuyo principal deseo es resultar irreconocible para la multitud, sobre todo para los más cercanos. Muchas veces lo consiguen, generando así unas bromas que la mayoría de las veces apenas pasan de chorrada insoportable. Pero el engaño cumple su misión. Y a tragar.
El Dépor, como respuesta a su crisis, optó por el efecto disfraz. Su carnaval veraniego consistió en ocultarse bajo los espléndidos tirabuzones de un joven mexicano al que llaman Andrés Guardado. Así creó un espejismo de ilusión y se inventó un reflejo feliz, con brillantes greñas, sin ser consciente de que el ombligo se le ponía negro, a los costados le salían chichas y, en definitiva, su figura empeoraba. Con esa engañosa pinta afrontó la primera cita seria. En ella se enfrentaba al modesto Almería, que de un bofetón con la mano abierta le arrancó la peluca y le dejó desnudo ante la realidad: la de un equipo que ha perdido fuerza y puede pasarlo muy mal durante la temporada a no ser que pegue un arreón de contratista en los pocos días de mercado que restan.
El Almería debutó en Primera a lo grande, con un 0-3 (goles de Negredo, Soriano y Crusat) que hasta pudo considerarse corto en función de la decena larga de oportunidades que gozó un conjunto sin nombres, pero con un gusto exquisito por el toque, la profundidad y la lógica. Todo lo que se echó en falta en un Dépor sin brújula en el centro, sin arietes -como el año pasado- y además rendido a extraños experimentos como el de Rodri y Manuel Pablo en los flancos. Mal comienzo el de Lotina, triste y lento en el banquillo mientras se lucía en su contra un equipo de entrenador, humilde pero valiente como sólo lo pueden ser los que saben que mirarse al espejo no es ver espejismos. Ni percibir rizos donde hay muchas calvas.

martes, 21 de agosto de 2007

CONVERSACIÓN EN LA CATEDRAL

Bilbo. Fin de semana. Sobre las dos de la madrugada. Cerca de San Mamés. Intoxicación general típica de las fiestas de la Aste Nagusia. Tres tipos entablan conversación mientras esperan el inicio de un concierto. La cosa va de fútbol porque unos vienen de ver el debut del Athletic y el otro procede de la ciudad donde antes trabajaba el actual técnico del conjunto vasco.

-Con Caparrós poco fútbol váis a ver...
-Menos vimos el año pasado...

Tras unas generalidades sobre el conjunto local, la charla deriva en curiosidad hacia el del visitante.

-Joder, ¿y es verdad que el Dépor va a desaparecer?
-No creo, si fuera por las deudas seguro que sí, pero en el fútbol hay demasiados intereses, por eso se hace la vista gorda o se va dejando tirar de aquella manera. Al final siempre aparece algún parche....
-A veces el fútbol da asco...
-Está en manos de corruptos, como todo...
-Pues por eso sobrevivirá a pesar de toda la basura que le echan...
-Cierto, yo aún no conozco ni una sola mafia que haya desaparecido

Las reflexiones nocturnas de barra no son estudios serios, pero sí pistas de la sensaciones que genera determinada actividad. Cuando alguien suelta el inevitable "todos los políticos son iguales y asquerosos" sólo está diciendo un tópico facilón e injusto. Sin embargo, eso es lo que piensa muchísima gente. Por algo será. Algún problema habrá. Pues con el fútbol igual. Si se extiende que todos los dirigentes son unos mafiosos y que gracias a ello los clubes subsistirán, lo que sale a la superficie es el síntoma de la enfermedad pero, lo que es todavía peor, también la rendición. Aceptamos comer podrido, no vaya a ser que si nos quejamos sólo podamos tragar mierda. Tristemente, ahora la revolución es ladrar por las noches cuando lo propio sería morder por el día y después brindar, felices y dignos, a la salud del Athletic, del Dépor o del ruido que montaron The Pogues sobre un escenario bilbaíno.

sábado, 18 de agosto de 2007

LOS SALVAJES SENTIMENTALES

Desde la lógica de la comodidad o la salud no tiene ningún sentido. Pero todos aquellos que se han subido a un tren o a un bus para pasarse 24 horas de viaje con el único fin de estar cuatro o cinco en un lugar donde juega su equipo o toca el grupo de su vida saben que por cosas así es por las que han vivido un poco más que los que nunca se han dejado llevar por una salvajada sentimental. Da igual que sea un estadio de Andalucía o un escenario de Bilbao. No importa exponerse a una derrota y a unas pedradas de la afición local, tampoco a que un cantante al que llevan quince años dándole seis meses de vida pueda pegar un petardazo insoportable. Hay amores que son la única esclavitud digna que existe.

miércoles, 15 de agosto de 2007

EMBAJADORES MUDOS

A nadie se le escapa que si Luis Suárez (único jugador español con el Balón de Oro en su poder) no hubiera completado la mayor parte de su carrera en Italia, ahora sería un ídolo referencial del conglomerado mediático del fútbol español. Pero mientras medianías son tratadas con fervor apostólico, el gallego apenas es recordado. Y es que para buena parte de la españolidad, todo aquello que triunfe lejos de su patria es ignorado o considerado como menos propio. Se percibe a día de hoy. En la Premier británica lucen futbolistas que sin embargo apenas calan en el mundillo ibérico. Los dos ejemplos más claros son Cesc y Arteta, justos ídolos en las Islas que en el estado español reciben ese trato de simple promesa que sugiere la desconfianza bocazas del que piensa que "habría que verlos en nuestra Liga". Ellos mismo parecen hartarse de esa situación, como deslizó el catalán en 'El País' el pasado lunes. Aunque ahora cuentan con un nuevo aliado: la Premier ha pasado a emitirse en abierto por La2. Ayer, la primera parte del Tottenham-Everton dejó un par de lecciones: 1) aquello es otro espectáculo. 2) Arteta vertebra a todo los Blues a su alrededor con maestría. Pero para la selección ni cuenta. Porque así es lo peor de España. Un lugar que muchos consideran el centro del mundo ("mira si será malo el resto que cuando quieren pasarlo bien se vienen aquí", dicen los cazurros) aunque luego la realidad lo relegue a los cuartos de final o a la palmadita vergonzosa de George. Dos caras de lo mismo: el discurso de la superioridad como antidoto ante los complejos.

domingo, 12 de agosto de 2007

BLANCO FÁCIL

Volvió a marcar. De falta, su cualidad suprema. Fue durante un amistoso en Ourense, pero eso, sumar goles, ya lo ha hecho en muchas ocasiones y en escenarios de mayor exigencia. Iago Iglesias lleva ya cuatro tantos en Primera División a pesar de que tampoco ha gozado de demasiados minutos. Es un jugador joven, con demostrada capacidad para aprender, de notable técnica, no exento de carácter y muy vinculado sentimentalmente al Dépor y su grada. Pero es una diana fácil. Porque en el fútbol también importan más las apariencias. Ese es el valor supremo. Ya no mandan el juego ni el sentimiento, ni siquiera los entrenadores. Ahora el amo se hace llamar representante. El de Jairo, otro mediapunta que todavía no ha demostrado ni la mitad que Iago, va camino de lograr que su defendido siga en el Deportivo a pesar de haber sido descartado por el técnico, como el coruñés, que sí se irá. Han sido únicamente las quejas del agente (amparadas por no sé sabe que extrañas dependencias del presidente) las que han obrado el injusto milagro. Porque el fútbol cada día se juega más en los despachos. Y ahí no hay colores. Ni balones. Ni casi nunca decencia.

miércoles, 8 de agosto de 2007

CONTRA EL BIPARTIDISMO

Aunque no se trata de una fórmula infalible, para descubir a bote pronto la profundidad social o política de un territorio siempre resulta aproximativo valorar la cantidad de su oferta. Por ejemplo, si en su arco parlamentario tienen peso real (decisión de poder) cuatro o más fuerzas distintas, ahí hay vida. Cataluña y Euskadi son dos ejemplos. Sin embargo, ese valor fue astutamente difuminado durante la transición hasta conseguir el panorama actual, un calco del norteamericano, donde la pugna se reduce a dos tendencias (iguales a nivel económico) que se distinguen bien por el conservadurismo (PP/Bush), bien por la imagen progre (PSOE/Al Gore). El resto poco pintan, con las excepciones nacionalistas, que se se han convertido en un grano para las mayorías y por eso cada poco es normal que desde ambos bandos se recuerde la necesidad de un cambio electoral que, directamente, las haga desaparecer. Y es que el cariño por la diversidad propia y su riqueza no es el factor dominante entre buena parte del poder español. Se ve también en el fútbol.
El balompié ibérico también es bipartidista. Madrid o Barça; Benfica o Porto. El hispano, sin embargo, cuenta con cierta tradición de equipos rebeldes (Real, Athletic, Atlético, Deportivo, Sevilla, Valencia...), algo que en Portugal se reduce al Sporting y como mucho al Boavista. Pero esa falta de diversidad que los lusos perciben como un problema y que las propias autoridades intentan aliviar, en sus vecinos se considera una bendición alimentada por los poderes públicos. La televisión estatal lleva todo el verano anunciando a bombo y platillo que ofrecerá "la pretemporada íntegra de Real Madrid y Barcelona". Eso incluye bolos intrascendentes y fuera de hora con equipos del tercer escalón británico o la liga china. El resto de clubes no existen. Ni siquiera aunque posean sus derechos de emisión. Ayer, el Dépor debutó en casa ante el Atalanta. El partido abría un torneo de gran prestigio como el Teresa Herrera. Pero no se pudo ver en las pantallas públicas. ¿Para qué? ¿Acaso jugaban los dos grandes? Y es que no vaya a ser que se empiecen a romper los bipartidismos y la gente despierte a la existencia de muchas más opciones que las subliminalmente impuestas, algunas realmente mejores que las dos de turno, por supuesto. Así que calladitas. Sea para jugar al fútbol o para cambiar el país.

miércoles, 1 de agosto de 2007

IMPERIO

El fútbol vuelve a Europa. Esta semana comienzan las Ligas de Francia o Escocia. Y también arrancan los ingleses con su Community Shield entre Chelsea y Manchester United. Tras un mes de patrañas y negocios (o nostalgias del 82), regresan las razones reales. Aunque de manera escalonada, puesto que los calendarios ligueros también son representativos de las costumbres y por eso serán las mediterráneas España e Italia las últimas en incorporarse a la competición, amparadas por su clásico rechazo a todo lo que se parezca a madrugar. Este unido continente maneja diversos horarios, reductos diferenciales alrededor de un deporte común que muchas veces parece olvidarse de su británico origen. Sin embargo, esa es su esencia.
El fútbol es una actividad fundamentalmente simple. No obstante, se ha rodeado de una enorme complejidad sazonada de tácticas, sentimientos, economía, política, física, etc... Todo a pesar de lo primitivo de sus valores, que lo ponen al alcance de cualquier niño incapaz aún de caminar con rectitud. ¿Por qué se ha enrevesado tanto? Por su grandeza. Y también porque se trata de un invento inglés. Se explica con una doble cita.
El sensacional periodista catalán Enric González acaba de ver reeditado su libro 'Historias de Londres'. Tan imprescindible como 'Historias de Nueva York'. Y muy explicativo. Si el fútbol es la gran aportación británica al mundo moderno, las complicaciones que lo acosan no podían escapar a la peculiar idiosincrasia de los habitantes de las islas. Lo importante para ellos es hacer todo muy tortuoso. En sus crónicas, González describe el carácter londinense (el inglés referencial) con una nota sobre las denominaciones de las calles que encontró en el libro 'How to be a Brit' de George Mikes: "Se da un nombre distinto a la calle en cuanto haga la menor curva; pero si la curva es tan pronunciada que crea realmente dos calles distintas se mantiene el mismo nombre. Si por error, una calle ha sido trazada en línea recta, debe recibir muchos nombres. (...) pero por si alguien aún consigue orientarse bajo esas circunstancias, son necesarias algunas precauciones adicionales. Hay que llamar a las calles de muchas maneras: street, road, place, mews, crescent, avenue, rise, lane, way, gate, terrace, hill...". Pues eso. Inseminado por gente así, cómo no iba a ser trifurcado un simple deporte de pelota. Mucho mejor. Se lo debemos. En pleno siglo XXI, el fútbol es el auténtico Imperio Británico.