lunes, 29 de octubre de 2007

MINUTO 90. PITIDO FINAL. HAY PRÓRROGA

Esta es la entrada 90 de este blog, que cuenta ya con casi siete meses de vida, lo que no es mucho ni poco sino todo lo contrario. Nació en unas circunstancias muy determinadas y sus principales objetivos eran pasar el tiempo, volcar cosas que hacía para LA OPINIÓN y ejercer de escaparate personal y profesional a la vez que me servía para mantener cierta constancia de trabajo, para no perder la costumbre de escribir sobre la actualidad deportiva, aunque fuera escorada hacia otros ámbitos. Así ha sido, sobre todo en sus cinco primeros meses. Se trataba fundamentalmente de un blog de artículos firmados por este tipo que aquí escribe y soy yo. Pero la vida da vueltas y ahora (coincidiendo con la entrada 90 y como si fuera idéntico minuto de un partido) llega el pitido final que no lo es tanto, más bien un cambio de rumbo. Metido en otros proyectos periodísticos que también tienen mucha relación con Internet (se informará en breve) y además ocupado con las columnas radiofónicas diarias que hago para Coruña Deportiva en la programación local de la SER (de 15.10 a 16.00 de lunes a viernes) pues parece que lo mejor será entrar en la prórroga de verdad, la versión 2.0 de este blog que diría un enteradillo. A partir de ahora, habrá menos entradas, pero las habrá. Ya no pertenecerán todas al ámbito futbolístico (sobre eso me podréis leer en otro lado si es que hay alguien tan enfermo que le interesa) sino que simplemente traeré aquí lo que me salga de las pelotas y, además, en el idioma que me apetezca, sea galego (haberá moito máis que agora), castellano, inglés, euskera o cualquier cosa zulú que no entienda pero quedé bonito en pantalla. Y un día caerá un análisis sesudo de algo, otro día una rajada casi delictiva, otro día la crónica de un pedo o un comentario sobre un disco o un partido o un libro o deseos navideños a la afición del Real Madrid, o una foto o un chiste de Chiquito. O que cadre. Habrá fútbol y Dépor también, pero más cosas, más primera persona, más blog en definitiva. Total, pa cuatro que estáis ahí (benditos seáis) pues mejor quitarse prendas serias. En todo caso, gracias por atender hasta hoy a estos 90 minutos en los que creo que pasaron cosas buenas. Nos seguimos viendo.
Bicos

martes, 23 de octubre de 2007

MEXICANOS

El Dépor descubrió la pólvora hace quince años. Fue en 1992 cuando llegaron a Riazor dos brasileños: Bebeto y Mauro Silva. Por entonces, aquella apuesta canarinha suponía toda una novedad. La creencia más extendida decía que tener más de uno era una invitación a reventar el vestuario y además sólo se podía alinear a tres extranjeros. Pero el Dépor se atrevió y gracias a aquella chulería de precursor inauguró la mejor etapa de su historia. Posteriormente, todos los clubes siguieron el camino que abrió un Lendoiro por entonces en forma. El equipo coruñés, pero también todo el continente, empezó a llenarse de brasileños. Y hoy podemos leer que son casi cien los que disputan la Champions, siendo la nacionalidad más representada. Entre ellos sigue alguno como Rivaldo, descubierto en Riazor para mayor gloria del fútbol europeo. Pero hoy, el Dépor ya no mira a Río, ni a Sao Paulo ni a Bahía, seguramente porque no se lo puede permitir. Ahora su Brasil se llama México. Parece (con distancia) una buen eelección, como lo está demostrando Guardado y quizá dentro de unos meses también Omar Bravo. Por lo tanto, que nadie se extrañe si dentro de quince años los periódicos se hacen eco de que un montón de mexicanos juegan la Champions siguiendo, otra vez, la tendencia que un día abrió el Dépor.

lunes, 22 de octubre de 2007

DERROTAS

Por derrota todos entendemos ese sentimiento uniforme que agobia al perdedor y lo sume en unas cuantas horas de malestar. Pero los dos grandes acontecimientos deportivos del fin de semana han echado por tierra esa definición. La derrota no siempre sienta como una patada en el trasero. Hay otros matices. Incluso en competiciones tan frías y técnicas como las automovilísticas. No ganó Alonso el Mundial y ese es su problema. Lo curioso es que buena parte de sus aficionados se han echado a la calle para celebrar la derrota. Para ello se han basado en que no era el triunfo del asturiano lo importante, sino el fracaso de su rival Hamilton, que aún así quedó por delante del ovetense. En fin, un lío. Aunque por lo menos acabó sin mayores problemas y sin que se cumplieran los deseos de algunos hinchas que sin recato pedían delante de las cámaras algo tan claro como: “Que se estrelle el negro”.
Asimismo, fue derrotado fue el Dépor ante el Valencia. Pero aquí también hay matices. Hubo partidos en Riazor de la pasada campaña en los que el equipo coruñés se llevó la victoria, pero la sensación que dejaba entre sus seguidores era la de una terrible derrota. Vale, se le ganaba al Getafe o a cosas así con un gol tras un pelotazo. Pero el partido era un tortura. No se veía fútbol, el horario era malo, el ambiente nulo, tres pases seguidos suponían una utopía... hasta los asientos parecían mucho más incómodos. Uno se iba de Riazor con tres puntos, sí, pero también con un principio de depresión. En cambio, ese desasosiego no se vivió a la salida del partido del sábado. Se perdió, pero eso se puede aceptar con normalidad si se intenta jugar bien, como fue el caso. Ya habrá tiempo para ponerse resultadista, pero primero hay que recuperar la ilusión. Y eso se está consiguiendo. A base de fútbol, que además es algo reconfortante, por lo menos mucho más que los deseos de algunos sobre que el chico de piel morena anduviera a los besos con los muros.

domingo, 14 de octubre de 2007

RESPETO

La actual ofensiva del nacionalismo español tendrá el próximo verano un nuevo escenario: el centro de Europa. En Austria y Suiza se jugará la Eurocopa y en ella estará la selección de Aragonés, prácticamente clasificada después de vencer en Dinamarca con un juego brillante y muy alejado del canon racial y furioso que defienden sus más enconados hinchas. Pero antes de esa importante (y seguro que manipulada) cita, los combinados nacionales de las autonomías tendrán un hueco amistoso en navidad. Las migajas que les dejan mientras luchan por su justa oficicialidad. La moda es acusar a esos partidos de pachangas sin interés. Un ultraderechista y corrupto ex dirigente de la Federación Gallega llegó a decir que era encuentros "entre solteros y casados". A ese coro se unirán más imbéciles allá por diciembre. Pero resulta que el Dépor ya sólo mete en Riazor una media de 14.000 personas, el Racing convoca en A Malata sólo 4.000 y el Celta lleva a Balaídos a unos 8.000. Sin embargo, lo normal es que el próximo compromiso de la selección galega movilice entre 15.000 y 20.000 personas. Más que los clubes. Así que habrá que pedirles un respeto a los bocazas. El mismo que ellos no merecen.

domingo, 7 de octubre de 2007

GANAR ES COSA DE FIELES

Por eso vale la pena jugar bien. Porque si se hace, a la larga llega la recompensa y la suerte que faltó en un lugar (por ejemplo en Montjuic) aparece después en otro (por ejemplo en Sevilla). Ganó el Dépor en el Pizjuán (0-1) con un gol de Riki a pase de un gran Guardado, el mejor del partido junto a un gallego de 20 años que se llama Adrián y apodan Piscu. Ellos fueron los nombres felices de un equipo al que le sigue faltando gol y que seguro que las pasará canutas a lo largo del año, pero que -como ocurre con todo- ya sabe que las buenas ideas merecen fidelidad.

lunes, 1 de octubre de 2007

FASTIDIO CON FUTURO

Si se juega bien, si se le da la oportunidad a un chaval de la cantera llamado Piscu que además cumple, si se perciben síntomas de recuperación y si, por lo menos, los lastres son los de siempre y no se le añaden otros nuevos; pues entonces se puede asumir una derrota, porque deja un poso de esperanza más que necesario para mirar con optimismo el duro año que se viene. Perdió el Dépor en Montjuic (1-0). Los catalanes tienen a un delantero de los que honran el fútbol (Tamudo, autor del gol) y los coruñeses viven instalados desde hace tres años en las carencias de punteria. Pero el resto invita a la sonrisa. Y cuando queda tiempo para enmendar errores a nadie le viene mal un prudente optimismo. Sobre todo si no se olvida que tocará sufrir.