miércoles, 16 de abril de 2008
KILÓMETROS
En 400 kilómetros a la redonda, el Dépor está solo. No hay otro equipo de Primera en toda esa distancia. Bueno, sí los hay e incluso de Champions, pero desgraciadamente juegan otra Liga. Y digo desgraciadamente porque una Liga ibérica serviría para subir el nivel y también para tender puentes con los vecinos de Portugal, que buena falta hacen. Pero esa es otra historia. La realidad es que en la competición estatal el Dépor vive aislado. Desaparecidos por ahora de la elite Vigo, Gijón y Oviedo, lo más cercano es Valladolid y Santander. Esta situación resulta un orgullo, porque pone en valor la trayectoria y los méritos del club en relación a su entorno, pero también genera ciertos inconvenientes. Se pierde poder de convocatoria respecto a los visitantes pero, sobre todo, se dificultan los desplazamientos de la afición blanquiazul siguiendo a su equipo. Y la completa esencia del fútbol no se puede entender sin los viajes de las hinchadas. En ellos se junta el sacrificio y la fiesta, dos de las cualidades que deberían formar parte de cualquier definición de este deporte. No lo tiene fácil el deportivismo para moverse. Pero lo hace, como este fin de semana a Iruña. Será en buen número y con la ayuda del propio Lotina en un gesto generoso y comprometido. Todo parece bonito. Y más lo será si se vence allí y nos acercamos a otro largo viaje: el que lleva a Europa. Que curiosamente, como cuando fuimos por miles a Oporto, hasta puede quedar más cerca que Pamplona.
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