lunes, 11 de junio de 2007

TIEMPOS DE 'CASTING'

El paso del tiempo se nutre de descubrir continuamente lo que ya se conocía. Hoy el deportivismo recordará que su club además de economía, política y sensibilidad es también fútbol. Un matiz olvidado que reaparece en el horizonte como si se tratara de algo nuevo. Con el lenguaje ocurren fenómenos similares. Siempre existió el acoso, el senderismo o el examen, lo que pasa es que ahora se llaman mobbing, trekking o casting. Está de moda la inglesa terminación -ing, la misma que en Gijón luce el Sporting. De allí salió Marcelino Toral, técnico del Recreativo que visita Riazor para jugar un partido y, además, someterse a una prueba de aptitud, al consabido casting.

El asturiano es uno de los principales candidatos a ocupar la vacante que deja Caparrós en el banquillo blanquiazul. Después de anunciar su adiós a Huelva, se ha dejado querer en coruñés y hasta ha compartido mesa y mantel con Lendoiro, que valora su opción pero la comparte con otras, entre las que destaca Miguel Ángel Lotina. A favor del vasco está la línea clásica del éxito deportivista, que siempre se ha nutrido de entrenadores tranquilos y buenazos como Arsenio Iglesias y Javier Irureta, similares en estilo y método al todavía realista. En la balanza de Marcelino aparecen la proyección, el buen gusto y su juventud, cuestión básica para un Dépor que parece abocado a seguir moviéndose en los baratos terrenos de la formación. También puntúa a su favor el don de la casualidad. El calendario quiso que pisara Riazor cuando el relevo en la dirección técnica es ya una realidad indiscutible y en un partido sin intereses clasificatorios, lo que le convierte en centro de la atención mediática junto a varias despedidas locales. En eso ha tenido suerte. Porque, además, después de dos semanas de incertidumbre y crispación la hinchada deportivista siente necesidad de ilusiones inmediatas, urgencia que siempre ayuda a emparentarse con la primera que entra en el bar.

Ya existe un precedente que ilustra sobre la relevancia de la fortuna temporal a la hora de acceder al vestuario del Dépor. Por designios insondables, Joaquín Caparrós se presentó en A Coruña para ofrecer una charla entre técnicos a los dos días de anunciar por sorpresa que dejaba el Sevilla, donde no comulgaba con las maneras del presidente Del Nido, algo fácilmente entendible. En esa visita se gestó su fichaje. La presencia física es un aliado de fuerza mayor para prevenir problemas futuros. Los puesto de mando (como el de Lendoiro) pasan su principal prueba en la capacidad de elección. Un error en ese terreno puede eclipsar cientos de aciertos en otros. Un ejemplo. Se cuenta que el prestigioso editor Carlos Barral tuvo en sus manos el manuscrito del Cien Años de Soledad de García Márquez. Lo rechazó. Ahora y a pesar de haber sido una pieza esencial en la difusión de autores de primer nivel como Cortázar o Vargas Llosa es fundamentalmente recordado por aquel fallo. Lo tuvo a tiro, delante de sus narices, pero lo dejo ir. (...) es un interesante entrenador llamado Marcelino el que se sitúa demasiado cerca del alcance del Deportivo. Si pasa de largo y después triunfa en otras latitudes llegarán los lamentos y las protestas. Si es que por mucho que el término esté banalizado a base de operaciones triunfo y factores X, esto del casting es algo muy serio.

3 comentarios:

Alfredinho dijo...

Lín a túa columna no periódico e agora que a volvo ler aínda me gusta máis.
Pensei que hoxe lle adicarías as túas verbas a Capdevila, pero cecais no día de hoxe coas bágoas del aínda presentes é millor mirar cara o futuro.

Saúdos.

Anónimo dijo...

Calqueira menos Boronat.
;)

Anónimo dijo...

unha olladiña a arxentina e o pelado diaz non estaria de mais...
ainda que vista a pelaxe dos personaxes todos, ao mellor seria meter gasolina no inferno....

ps. xa non pos cales son da opi e cales nao??

bicos