Coincidieron en un mismo día la jornada de Liga y las elecciones municipales. Dos cosas comunes.
A) TODOS GANAN
El PP venció en voto total, el PSOE en poder, los nacionalismos se mantienen y como es normal en el reino del cinismo, hasta los que se llevan un palo en las urnas son capaces de recibir aplausos, proclamar victorias y descorchar vinos espumosos. En la Liga, la terna de candidatos al título también ganó. Como sus rivales, triunfadores si se aferran al árbitro, a la dignidad o a la suerte. En definitiva, un mundo feliz. Los perdedores están mal vistos.
B) LO ÚTIL
Gracias al sistema de mayorías los partidos pequeños tienen muy complicado el acceso a las instituciones. Sólo los del segundo escalón (BNG, IU...) pueden conseguirlo. Pero aún así, están a merced de eso que se llama voto útil, la versión electoral del mal menor. Muchos votarían otras siglas, pero por miedo a que no sirvan en el cómputo total se decantan por los mayoritarios. Eligen la segunda opción entre sus preferencias. Y está bien visto. Sin embargo, en la Liga es al revés. Muchos hinchas del Osasuna (en vista de que casi no se jugaban nada) preferían perder su partido y beneficiar así a sus amigos de la Real, su segunda opción, su voto útil. No obstante, por ello se les acusó de antideportivos y un sinfín de calamidades más. Se ve que lo que sirve para una cosa no vale para la otra. Pero las dos son muy parecidas. Y legítimas, aunque un poco injustas.
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