martes, 20 de marzo de 2007

DECISIONES

El escritor y periodista Hunter S. Thompson hizo del disparate una forma de vida y una obra artística. En uno de sus mejores reportajes (incluido en el descatalogado 'La gran caza del tiburón') narra como al empezar el descenso tras un vuelo en avioneta por Centroamérica se dio cuenta de que estaba irremediablemente destinado a la detención policial al pisar tierra debido a la gran cantidad de drogas que trasportaba para consumo propio. Entonces se dirigió a su acompañante y le dijo: "Nunca me han cogido con estupefacientes y esta no va a ser la primera vez". "¿Las tiramos entonces? respondió su compañero, con total normalidad. "No, las tomaremos todas ahora", fue la suicida respuesta de Thompson. Así lo hicieron. Y la cosa resultó bien, dentro de las circunstancias. El caso es que la salida menos racional propició la más positiva de las reacciones. La desmadrada historia que buscaban mejoró a partir de ese momento. Y fue publicada. A veces, las decisiones ilógicas son las más acertadas.

El deportivista Antonio Barragán había salido al campo a ayudar a sus compañeros, pero su función no es marcar goles. Sin embargo, durante el partido contra el Getafe agarró un balón y desde cuarenta metros hizo lo menos probable, disparar a puerta. Lo sistemático hubiera sido un centro o un pase al compañero. Pero se guió por la viscera. Y marcó. Gracias a ese tanto de construcción inesperada, su equipo ganó un partido que estaba muy cuesta arriba. Su decisión fue ilógica, pero acertada.

Palop es portero. No sabía lo que se siente al marcar. Su gloria reside en la destrucción del orgasmo, que dicen que es el gol. Pero la necesidad le llevó al área rival en el último segundo del partido que el Sevilla perdía en Ucrania. Y anotó de un gran cabezazo. Su decisión era loca e incluso un poco absurda, pero fue acertada.

La literatura, el fútbol, la vida, están repletas de guiones preconcebidos, de ideas standard. Pero casi siempre el triunfo más épico está reservado al rebelde, al que hace lo ilógico. Es la gloria del valiente. Debería valer doble.

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