lunes, 12 de marzo de 2007

FLOR DE AZAR

Con mi relación con el azar, Paul Auster no tendría ni para media página. La conexión más fructífera que he establecido con la fortuna standard (también llamda Apuestas del Estado) son los ocho euros que gané la semana pasada por acertar tres en la Primitiva. Lo más animado que me ha ocurrido con estos juegos es la tensión que se sufre con el habitual olvido de sellar la combinación fija y saber que repasar la ganadora puede ser sinónimo de depresión eterna en caso de acierto evaporado por la mala memoria. Aunque, por lo menos, ese de millonario frustrado sería un destino literario, con un punto atractivo. Puede que hasta preferible a la miseria de los ocho euros. No dan ni para comprar un partido en el PPV. Y esa es otra llamada a la suerte. Es difícil encontrar un encuentro que valga la pena. Los del Dépor, se vio otra vez el domingo en el Calderón (2-0) son una patata. Un gasto inútil, como el de la Primitiva.

Sin embargo, sí se vio un partido extraordinario este fin de semana en la Liga. Fue el Barça-Madrid (3-3). Decidí verlo y acerté. También es suerte. Hubo espectáculo porque las tácticas defensivas saltaron por los aires. Y yo que lo vi. Me tocó. Es cuestión de azar. Y de insistencia. Una de las verdades más utilizadas dentro del amplio repertorio del esclavismo camuflado es aquella que dice que la fortuna (como las musas) deben cogerle a uno trabajando. O sea, sellando sin parar en el estanco de la esquina o viéndose todos los partidos que se pueda. Mentira. Justo cuando los avances deberían llevarnos hacia una sociedad del ocio casi pleno es cuando estamos más cerca de una sociedad del esfuerzo. Para olvidarlo tienen el detalle de dejarnos plena libertad con la primitiva o el fútbol. A ver si en eso tenemos suerte. En lo importante se la han quedado ellos.

1 comentario:

0-0 dijo...

Y yo que lo lea. No estoy de acuerdo para nada con el mundo del azar, sobre todo si hablamos del autor. Pero ahí es donde quepo yo, no te quepa la menor polla en el culo, como dicen los filósofos de boiro y de de maravillas. salve.