sábado, 17 de marzo de 2007

GOLES CON TACHUELAS

(Publicado hoy en La Opinión de A Coruña)

SE BUSCAN 'PUNKIS'

Rodri Suárez

Ahora que en Italia empiezan a verse más goles de los normales en aquella defensiva competición es cuando la Liga española ha decidido, sin previas consultas, hacerse con el discutible testigo del catenaccio. Son tiempos de escasas alegrías atacantes, de tácticas cerradas y de talento destruido. El mejor ejemplo fue la reacción de muchos analistas a uno de los pocos encuentros divertidos que se han visto en las últimas semanas, el derbi entre Barcelona y Real Madrid (3-3). "Se vio espectáculo porque fue un choque plagado de errores, especialmente en ambas defensas" fue la deducción que sacaron multitud de analistas después de la orgía ofensiva del Camp Nou. Se recupera así aquel viejo guiño de entrenadores según el cual "el partido perfecto siempre acabará 0-0 porque ninguno de los dos equipos habrá cometido ningún fallo". Maldita perfección. Más bien parece un canto al orden y la ley en su versión más gris. Pero por esos senderos camina el fútbol español. Lo saben bien los seguidores del Dépor, a los que cada vez les cuesta más encontrar el ánimo que les lleve a Riazor o a ponerse ante el televisor. Por espectáculo es difícil que lo hagan. Menos mal que el fútbol todavía se nutre de otros valores, como por ejemplo los colores o el misterio. También algunos futbolistas. En sus manos está cambiar el somnoliento futuro hacia el que camina este deporte.

En tiempos de férrea disciplina, nada es más revolucionario que la creatividad. Está por ver si el futbolista es ahora un rebelde o un acomodado. O hijos del sistema o salvadores de la belleza. En sus pies está. En la de los entrenadores parece que no. "Están condicionados por el miedo, no son creativos y además temen a los jugadores que lo son", dice Jorge Valdano de los que fueron sus colegas en el sensacional libro 'Dios es redondo', del mexicano Jorge Villoro. En él se exponen con maestría recuerdos de grandes momentos futbolísticos, con un denominador común, casi ninguno nació en la pizarra. La sorpresa sigue siendo el valor supremo de cualquier historia.

Quizá haya que buscar ejemplos fuera del fútbol para devolver la diversión a los campos. Podría valer uno que apareció furtivamente por las páginas de los periódicos estos días. Se cumplieron 30 años del nacimiento oficial del punk, datado en Inglaterra en 1977 aunque sus orígenes sean anteriores y de Nueva York. En todo caso la excusa es válida para recordar como en un momento en que el rock vivía apalancado en la monotonía y la autocomplacencia aparecieron unos chicos nihilistas que despreciaron el sistema y se aplicaron al bello lema de "hazlo tú mismo". Tal vez es lo que necesita el fútbol si quiere volver a emocionar.

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