jueves, 29 de marzo de 2007

DIRECTIVOS

(Publicado hoy en La Opinión A Coruña)

MANÍA PERSECUTORIA

Rodri Suárez

Aunque no se corresponde exactamente con la definición académica, por secta todo el mundo suele entender a un grupo de gente tirando a minoritario que se vertebra alrededor de un líder, sobre el que construyen una muralla aislante, y que hace de su creencia un dogma intocable. Son los demás los que están equivocados, y ellos tienen la culpa de todos los males existentes. Pues vale. Todo el mundo está en su derecho de pensar lo que quiera. Otra cosa es que traten de robar sentimientos o caigan en el insulto metódico. Entonces lo que pertenecía al campo de lo ideológico pasa al de la repugnancia.

El actual presidente del Dépor tendrá un lugar preferente en la mejor historia del club. Ni siquiera un gris final podrá negar esa realidad, siempre y cuando no se empeñe demasiado en hacerlo, que se empieza a pensar que sí. Porque Lendoiro, cuya parte de culpa es evidente, vive rodeado de una especie de secta (con algunas y escasas honrosas excepciones) que no sólo está empecinada en ser más papista que el Papa, típica señal de mediocridad, sino que protagoniza estos días algunos de los capítulos más repugnantes de los últimos lustros de un club que, por otra parte, pertenece a miles de accionistas y aficionados a pesar de que algunos lo consideren un coto privado. Coto de caza, además.

El episodio más reciente tuvo lugar ayer en el juzgado de Betanzos en el que se trataba la agresión de Taborda a un informador de un periódico local. Allí, el consejero y responsable judicial del Deportivo pareció justificar una acción violenta en base a una crítica periodística y también sugirió que existe demasiada libertad de prensa aludiendo a la presencia de medios en la sala, permitida por el juez. Suena a fascismo puro y duro. Garrote al que piensa distinto y censura. Para vomitar. Sin embargo, esa no es la única. También ayer el club respondía a las intenciones de marcha de Caparrós por medio de su ariete crispador en forma de vocero. Le recordaban al técnico que si no cumple su contrato podrían impedirle trabajar en España durante un año. La razón legal les asiste, cierto. Pero tiene pinta de amenaza velada. No parecen formas aunque tampoco sorprenda. Últimamente, han usado ese mismo vehículo para promover una especie de caza de brujas en el cuerpo médico a raíz de una filtración informativa. Y hay más capítulos, como el desprecio a los accionistas que piden trasparencia. Y otros.

Todos son malos menos ellos. Una pena porque el Deportivo es un bien público, del colectivo. Deberían saberlo en la Plaza de Pontevedra. Vale que podrían recibir más ayudas, pero así ellos mismos las frenan. Tal vez es la hora de que abandonen la manía persecutoria y recuperen la cordura. Porque ya parecen aquel loco del que hablaba Saul Bellow y al que cuando le dijeron que era un paranoico respondió: “Quizá, pero eso no les impide conspirar contra mí”.

2 comentarios:

claude dijo...

Estoy de acuerdo con casi todo lo que escribe en este artículo; pero me parece que queda un poco cojo; se crítica al perseguido y sin embargo no se habla del perseguidor: los medios de comunicación. En esta ciudad, todo el mundo sabe el poder que tiene el grupo voz y el daño irreparable que le está ocasionando al club de la ciudad, no en sus críticas al presidente y su consejo, o si hacen esto bien o mal, que tienen toda su legitimidad, lo malo es cuando esa crítica se transforma en ataque a todo lo que "huela" a deportivo. No voy a enumerarlos titulares maliciosos con que nos sorprende (aunque ya no tanto) este periódico todas las mañanas, porque tú como periodista entenderas bien a donde quiero llegar, pero sí me gustaría, si puedes o tienes la libertad para ello, una reflexión por tu parte de lo que es el periodista hoy, sus límites en la información y, como en el caso de los de la voz, si son meros títeres de su consejo de administración. Nada mas, sigue escribiendo como hasta ahora, que falta hace, no hay mas que entrar en los foros deportivos, tertulias de radio y tv.. y ver que bajo se puede caer, como si el deporte sólo interesase a a mentes huecas y teledirigidas.

O monstro da ría dijo...

Eu creo que o do Dépor non é culpa dunha persoa soa. As circunstancias confluíron e fixeron que o globo estourase nos nosos fuciños. Fíxose todo o posible e o imposible por resarcirnos daquel 14 de maio de 1994, no que a todos se nos encolleu o corazón. Fixéronse grandes fixaches, asináronse grandes contratos televisivos, acadáronse cotas deportivas inimaxinabeis... Pero todo ten un límite. A TV rebentou toda a economía futbolística, que vivía esaxeradamente inflada, e logo ven o efecto dominó. O diñeiro escaseaba, pero os soños deportivos cegaron aos implicados. As débedas comezaron a aparecer. Os resultados deixaban de acompañar... Así até o de hoxe.
A actitude pseudo autoritaria do presidente Lendoiro ou algún directivo non debería sorprender, sabemos que sempre gustou de tarefas políticas.
Todo foisenos das mans, e falo en plural. Os directivos prometían, os medios de comunicación facían propaganda desmesurada, as bancadas pedíamos máis e máis...
Agora, máis que nunca, non esquenzamos de onde chegamos.