Ha sido identificado el hombre que lanzó una botella e hirió al entrenador del Sevilla en el último derbi contra el Betis. Y no es de Elche ni gordo. Porque esos eran algunos de lo datos que dejó la imagen del seguidor que fue identificado como agresor en un primer momento. Se pudo ver su cara en todas las televisiones gracias a un listo que creyó encontrarse ante su momento de gloria mezclado con buena acción de la semana y al final sólo consiguió el ridículo personal. Y dejar claro que el progreso y la educación televisiva han creado otro monstruo, la de la policía civil.
El mal chivato en cuestión es cámara de una cadena local de Sevilla. Después de la tremenda agresión a Juande Ramos convocó a la prensa y mostró las imágenes en las que se veía a la persona que según él "era el culpable sin ningún género de dudas". Al día siguiente, el acusado ofreció su versión y, visiblemente nervioso, proclamó su inocencia. Las investigaciones le han dado la razón. Él no era. Pero durante unos días su vida fue una mierda, gracias a las ganas de convertirse en héroe de un pobre hombre. Así están las cosas. Se ha creado tal paranoia sobre la seguridad y se extiende de tal manera la supuesta división entre buenos y malos que muchos intentan ser policias, sobre todo ahora que cualquiera tiene a su alcance una cámara y el poder de aparecer en los medios sin pasar por ningún tipo de filtro. Y así se logran estas altas cotas de porquería.
Mejor ahorrarse cualquier evidente referencia al 'Gran hermano' de Orwell. Ya es sabido que en él estamos. Con un matiz que en el caso español le añade además un punto cutre. Es este el lugar donde todo imbécil se cree capitán general porque le han dado una gorra y un pito. Lo vi el martes en el concierto de Julieta Venegas. Las azafatas empezaron impidiendo que se fumara. Después, asustadas por perder los míseros doce euros que les darán, empezaron a exagerar sus funciones hasta llamar la atención a los que se levantaban para bailar. Eso en un concierto. De locos. Al final fue la propia cantante la que pidió al público que se levantara. Entonces sí se estuvo quieta la policía de tacones. Ojalá eso les haya hecho reflexionar. Mal mundo este en el que antes todos pensaban que un héroe era, por ejemplo, el que lideraba una revolución y ahora se cree que el bueno es el acusica.
4 comentarios:
no siempre los tacones son buenos. y menos los camaras, y menos aun los camaras. con el famoso cctv (circuito cerrado de tv) acabaron con el futbol ingles, donde un fuck de grada equivale a la expulsion inmediata. pero les da igual, porque ahora el futbol ingles imito a tu gran mufc y solo deja entrar a "prawn sandwich eaters". o sea, se acabo la clase obrera viendo futbol, que era lo que pretendia la clase politica 150 años atras. Y que tendra que ver la sobrina de txiki benegas con todo esto?
No es nada nuevo. El acusica, la policía civil, siempre existió. Vivimos tiempos de paz en ese aspecto. Mirando atrás sí que fue terrible: cristianos que se chivaban a la Santa Inquisición, caza de brujas en EEUU, carteles de SE BUSCA, acusaciones de republicanos o nacionales en la guerra incivil 'pañola... eso sin contar estados de psicosis permanente en régimenes absolutistas de cualquier época y cualquier color. Todo con un motor común: el miedo.
Por suerte hoy se condena la injuria y la falsa acusación. Ayer no. Los héroes (en mi opinión) no han cambiado en ese aspecto. Por desgracia, los gilipollas tampoco. Y un imbécil con afán de protagonismo con cámara que se precipita así no es más que eso: un imbécil con afán de protagonismo con cámara.
Lo asombroso es: ¿Qué hacías en un concierto de Julieta Venegas, con azafatas y fumando?
El CCTV debería estar ilegalizado porque puede confundirse con el PCTV (Partido Comunista de las Tierras Vascas). Y sobrina mexicana de Txiki tiene el cuello más bonito del mundo, así que es obligatorio ir a sus conciertos.
Publicar un comentario